miércoles, 23 de septiembre de 2009

Aprender a ser feliz...

Un anciano, que se preparaba para morir y amaba mucho a su nieto, al verlo llegar a su aposento le habló:

A ti te enseñaré los secretos que hicieron de mi vida un instante feliz. Siento cómo las últimas gotas de mi existencia caen con estrépito en los abismos de la eternidad. Siéntate y escucha con atención. Mis secretos los tengo guardados en dos cofres que me llevaré al caer la última gota: mi mente y mi corazón. Espero que Dios me dé las fuerzas necesarias para legarte una serie de consejos que deberás seguir a lo largo de tu vida.
El primero es aceptar que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y

darle gracias por todas las cosas que has recibido de Él y que te dará. Comenzando por tu vida.
El segundo consiste en aprender que nadie puede amar sino se ama. Quiérete a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, afirma en lo profundo de tu ser: Soy importante, mi valor es infinito porque soy hijo de Dios, soy capaz de realizar lo que me proponga, soy inteligente, soy cariñoso, espero y esperan mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer.
El tercero es poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa con sabiduría y prudencia; si

piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres afectuoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.
El cuarto es no envidiar a nadie por lo que tenga o por lo que sea. Ellos alcanzaron su meta, trabaja tú por las tuyas.
El quinto es no dejar que el rencor eche raíces en tu corazón; ese sentimiento no te deja ser feliz porque odiarás a quienes tú pienses que te han causado mal; deja que las leyes y los jueces decidan si hubo intención de dañarte y que ellos apliquen la equidad en sus juicios. Por tu parte, simplemente, perdona y olvida.El sexto es que no debes apropiarte de lo ajeno. Quien lo hace se expone a la deshonra y a que en el futuro le quiten lo suyo.
El séptimo es no ser soberbio y creerse superior a otro y en consecuencia autorizado para maltratar de palabra o de hecho.
El octavo es recordar que no hay ser a quien Dios desproteja y a quien no le haya concedido el derecho a existir, pues de otra manera no se posaría frente a ti. Si lo comprendes reconocerás el derecho ajeno y respetarás su vida.
El noveno es asumir la actitud valerosa para defender al débil y combatir la injusticia.
El décimo es descubrir que las cosas y los hechos tienen d

os rostros a los que se les puede mirar; tú acostumbra tus ojos a mirar el bueno y bello. Esa es la actitud positiva.
El décimo primero es aceptar que tu suerte es mejor que la de muchos y pensar en lo afortunado que eres al tener poco o mucho.
El décimo segundo es ayudar a los demás, sin esperar recibir nada a cambio.


El décimo cuarto es comunicar a tus semejantes tus secretos para triunfar.

El décimo quinto es tener presente que a donde vayas debes llevar tu felicidad porque de lo contrario no la hallarás.
¡De nada sirve saber los secretos si eres incapaz de aplicarlos. Tus actitudes serán la diferencia y tus acciones enseñarán que el ejemplo es la mejor manera de persuadir e invitar a las demás personas a construir un mundo más justo y más humano.
El décimo tercero es valorar en las personas sus actitudes y cualidades, pues no hay quien no tenga bondad en su corazón y ternura en sus manos.


Estos secretos ponlos en práctica, siempre pidiéndole a Dios que te ilumine y acompañe...

Un abrazo!

Marce

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Tia Marcela: Como esta, yo he estado muy bien, muy bueno el texto de aprender a ser feliz, no sabia los secretos de la felidad.

Espero que me puedas responder mis correos.

Dios te bendiga
Carmen Gloria